viernes, 24 de enero de 2014

Papel de apariencia antigua sin riesgo de incendiar nada.




Ei!, ¿Recuerdas aquellos trabajos de historia del colegio que queríamos que pareciesen pergaminos antiguos?. Todos optábamos por cortar el borde de los folios o cartulina haciendo ondas cutres y quemar un poco el filo con el mechero de papá.
Algunos más detallistas incluso difuminaban el carboncillo del filo hacia adentro para conseguir un efecto más realista y acercaban el mechero también a distintas zonas interiores de la cartulina (sí, lo confieso, yo era de esas... cuantas más tonterías, más feliz soy).
Sinembargo todos sabemos que eso no daba el pego, solo queríamos pensar que sí.
¡Ojalá hubiese sabido este truco tan tan tan tonto y tan tan tan fácil cuando tenía que presentar esos trabajos!.


Ahora podemos conseguir que todos nuestros folios parezcan antiguos, incluso imprimir en ellos ese trabajo de historia, o partituras... que le da un aire Shabby chic molón molón para hacer luego más cositas con ellos... (ejemplos al final del tuto).

Ale, vamos al lio!.
¿Qué necesitas?, pues superfácil:
  1. Un bote, vaso, plato hondo, bol,.... recipiente en general que pueda contener líquidos. Yo he usado un bote de mermelada bien bien limpito para poder conservar el mejunje unos días.
  2. Agua. Tal como suena: agua. Eso sí, os recomiendo que useis agua de botella si el agua de vuestra localidad contiene mucha cal, ya que la cal puede endurecer el papel y estropear nuestro resultado. 
  3. Café. Me da igual si quieres usarlo soluble o de restos que tengas en la cafetera. ¿Cuánto café?, pues depende de lo oscuro que quieras el resultado. Yo no puedo decirte la cantidad que he usado porque empecé por poquito y fui agregando conforme veia que quería un papel más oscuro.
    He de decir que en algunos tutoriales he visto que usan té. Lo he probado también pero no queda lo suficientemente oscuro para mi gusto, o quizás debería haber usado menos agua y dejar reposar más la bolsita para que soltase sustancia... Podeis probar si lo preferís.
  4. Brocha plana, o circular, o una esponjita... cualquier cosa que te sirva para mojar en el bote.
  5. Por supuestísimo los folios o papel del tipo que querais que vayais a envejecer.
  6. Plancha o impresora. Yo personalmente prefiero la impresora. ¿Para qué?, pues para planchar el papel!!. Vale, no te ralles... te lo voy explicando todo paso a paso.


¡Manos a la obra!

En ese maravilloso recipiente que hayas dedicido utilizar vierte agua y café al gusto. Si es café del que te ha quedado en la cafetera quizás no necesites añadir agua... ya te digo que todo depende de lo oscuro que quieras conseguir tu resultado. ¡Haz pruebas antes de decidir!.

Con nuestra esponja o brocha supermaravillosa, vamos extendiendo el café por los folios. No seas exagerado, que con unos toquecitos suaves casi rozando los folios vale. Recuerda que si pones los folios chorreando se van a arrugar tanto que no habrá quien haga nada con ellos. El papel mojado se arruga y se retuerce sobre sí mismo. Así que con suavidad y delicadeza...




Como queremos conseguir un aire realista, no vamos a contentarnos con pringar el folio de arriba a abajo, también vamos a insisitir en algunas áreas. Si eres detallista, te habrás fijado en que los pergaminos antiguos suelen tener zonas más oscuras que otras, ¡pues eso queremos conseguir!.
Yo he optado por teñir un poco más los bordes, sobre todo las esquinas,  y dar toques con la brocha en zonas interiores dejando más café en ellas.




Ahora que tienes los folios pringados y empiezan a arrugarse, déjalos secar, separados para que no se peguen al secarse, y preferiblemente lejos de la gata. Tómate un tiempo para recoger todo lo que has pringado por medio, guarda el bote de café si vas a querer seguir usándolo en los próximos días (tampoco mucho que el café se estropea... tíralo a los 3 ó 4 días), y limpia bien la brocha. Ya no lo necesitaremos más, a menos que no quedes contento con el resultado y quieras insistir en algún punto.

Cuando tus folios estén secos (yo los dejé toda la noche), verás que están arrugados y duros. Esto es inevitable, la celulosa mojada se arruga por poco que la hayamos pringado.
La solución es bien fácil: ¡plancharemos el papel!.
En este paso, sinceramente, prefiero utilizar mi impresora laser, aunque puedes utilizar tu plancha si la impresora es sibarita y no le gustan los papeles arrugados. ¿Por qué prefiero la impresora?, pues te explico: La plancha, por muy flojita que la pongamos, se calienta muchísimo y daña las fibras de celulosa de nuestros folios. El papel quedará más tieso y más delicado, con una rigidez que no es propia de él y un poco quemado (aunque no lo notemos), lo que hará que se rompa más fácilmente si lo tratamos mal.
La impresora, por el contrario, nos va a planchar el papel con un calor más bajo y con la presión de sus rodillos. El papel va a quedar con algunas ondas suaves, lo que le da más realismo, y no queda tan sensible a nuestro manejo posterior.
Si te has decidido por planchar los folios con tu impresora únicamente tienes que abrir un documento vacío e imprimirlo. La impresora no entiende... como mucho va a pensar que estás tonto, pero se tragará el papel igualmente y lo pasará por el calor y los rodillos.
¡Eh!, ¿que tú si que quieres imprimir algo?, ¡pues este es tu momento!, mejor todo en uno.



¡Y ya tienes tus pergaminos antiguos listos para hacer con ellos lo que quieras!.


¿Los ves algo sosos?. Pues yo también.¡Dale personalidad a tu pergamino!

Si crees que un simple folio manchado de café no basta para tus intenciones creativas, dale un poco de personalidad añadiendo algunas manchas extras:

Usa un vaso o taza de café y mánchale el culo. Colócala en tu folio y deja que se manche bien.
Sopla para extender la mancha o crea un segundo círculo al lado. Y si no te gustan mis opciones, ¡improvisa!





¿Sigue sin convencerte?. Prueba estas variaciones:
  1. Utiliza papeles de diferentes texturas. Los hay con fibras muy marcadas que se teñirán más oscuro y le darán un aspecto único.
  2. Arruga tu papel antes de teñirlo. Los pliegues tomarán más color.
  3. Haz dobleces en tu papel y tíñelo doblado, insistiendo en las esquinas de las dobleces o en los mismos cantos de los pliegues.
  4. Utiliza flores, hojas u otros objetos manchados de café y ponlos entre dos folios con algo de presión. 
  5. Esparce algunos polvos de café solubre sobre la hoja y frótalas con la brocha, la esponja o el canto de la mano para dejar manchas mucho más oscuras.
  6. Usa aceite antes de teñir para conseguir determinados tipos de manchas.
  7. Combina con ceras/lápices de colores.
  8. Usa telas o papeles con textura para traspasárela al que estás usando (con la plancha).
  9. Seca en el microondas para conseguir manchas.
  10. Lija los bordes antes de pintarlos.

¡Y aquí tienes ideas extras sobre cómo utilizar tu recién adquirido papiro antiguo!:
Son imágenes de la red para que os inspireis. Yo sólo lo utilicé para escribir algunos patrones que utilizaré para otras entradas (lo que veis en la foto de entrada del reloj, vamos).






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